SER MUJER

8 de marzo

DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA

Se conmemoran 100 años del día en el que 146 obreras de la fábrica textil Cotton de Nueva York, Estados Unidos, fueron encerradas y prendidas fuego por reclamar una jornada laboral de no más de 10 horas, mejores condiciones de trabajo e igual salario por igual tarea, respecto de los hombres. La protesta tuvo lugar dentro de la fábrica. El fuego fue iniciado por los dueños, quienes cerraron las puertas con llaves y candados, para escarmiento del resto de las trabajadoras.

Me rebelan los y las que, al nacer niña, creen tener el derecho a matarnos, porque nacer varón clasifica mejor.

Me rebelan los y las que, al nacer niña, creen tener el derecho de mutilarnos, para robarnos el goce sexual.

Me rebelan los que nos ocultan tras espesas ropas, para tornarnos invisibles a los ojos del mundo.

Me rebelan los varones que someten a sus mujeres a violencia física y sexual.

Me rebelan los que creen que las mujeres perdemos el cerebro por la vagina, y que por eso, no debemos estudiar.

Me rebelan esas publicaciones que buscan convertirnos a las mujeres en barbies de la cocina, barbies del lavado de camisas de hombre o de ropa de niños, barbies fregonas.

Me rebelan quienes consideran que una mujer se realiza sólo a través de la maternidad.

Me rebelan los que dicen que hacer la tarea de la casa y criar a los hijos no es trabajar.

Me rebelan quienes fomentan que la única posibilidad que tenemos las mujeres de agenciarnos un marido es estar divinas, flacas, vestidas a la moda y si es posible, ser un poco tontas.

Me rebelan los publicistas que ponen a una mujer hermosa en la misma categoría de un auto de lujo.

Me rebelan los y las que promueven que la imagen femenina debe ser glamorosa.

Me rebelan los hombres –y las mujeres- que creen que las mujeres pueden ser consideradas objetos de consumo sexual, se trate de cotizadísimas modelos o de humildes jovencitas en busca de una realidad más amable.

Me rebelan los hombres que abusan de su jerarquía laboral para obtener favores sexuales.

Me rebelan los hipócritas que gritan al cielo contra el aborto, pero pagan abortos en clínicas privadas para no cargar con hijos no deseados, de señoritas que no son sus esposas.

Me rebelan quienes no pueden mirar nuestra América profunda y ver que las MUJERES –con mayúsculas- son morochas, tirando a petisas, tal vez gordas de comer pan y papas, muchas veces analfabetas o cuasi-analfabetas, trabajadoras de sol a sol, sostén de su casa y de sus hijos, pobres, sometidas por un sistema económico perverso que las considera menos que a los hombres, a la hora de pagar salario y menos que la nada misma, a la hora de considerarlas.

Me rebelan los indiferentes, los que ven la desigualdad y no la denuncian, los que ganan con el desequilibrio, los especuladores de los infiernos.

Me rebelan los y las que creen que un bombón y una flor son homenaje para una mujer.

HOMENAJE ES IGUALDAD, HOMENAJE ES RESPETO