"Seamos capaces de sentir la satisfacción moral de un acto de libertad."

(Rodolfo Walsh)

domingo, 20 de abril de 2008

CRECE DESDE EL PIE (Alfredo Zitarrosa)


Crece desde el pie, musiquita,
crece desde el pie
uno dos y tres, derechita,
crece desde el pie.


Crece la pared por hiladas
crece la pared
crece desde el pie amurallada
crece desde el pie.


Crece desde el pie, musiquita,
crece desde el pie
uno dos y tres, derechita,
crece desde el pie.


Crece la pared por hiladas
crece la pared
crece desde el pie amurallada
crece desde el pie.


Dentro de su lata la mata
crece desde el pie,
crece desde el pie la fogata
crece desde el pie.

Crecen los mejores amores
crecen desde el pie,
para sus colores, las flores
crecen desde el pie.


Crece desde el pueblo el futuro
crece desde el pie,
ánima del rumbo seguro
crece desde el pie.


Cantan para usted los cantores
crecen desde el pie
un poco de fe y los tambores
pueden florecer.



Crece desde el pie la mañana
crece desde el pie
el sonido de la campana
crece desde el pie.


Crece desde el pie la semana
crece desde el pie
no hay revoluciones tempranas
crecen desde el pie.


No olvides que el día y la hora
crecen desde el pie
después de la noche la aurora
crece desde el pie.


Crece la pared por hiladas
crece la pared
crece desde el pie amurallada
crece desde el pie.



No olvides que el día y la hora
crecen desde el pie
después de la noche la aurora
crece desde el pie.


Crece desde el pueblo el futuro
crece desde el pie
ánima del rumbo seguro
crece desde el pie.





(La versificación y la puntuación son de Alfredo Zitarrosa.)

1984

(fuente: www.cancioneros.com)

domingo, 13 de abril de 2008

RABIA AL SILENCIO



Le tengo rabia al silencio,
por lo mucho que perdí.
Que no se quede callado,
quien quiera vivir feliz
.


fragmento de
"Le tengo rabia al silencio"
de Atahualpa Yupanqui

miércoles, 2 de abril de 2008

LAS MALVINAS SON ARGENTINAS








“Tras su manto de neblina, no las hemos de olvidar, las Malvinas ¡argentinas! clama el viento y ruge el mar. Ni de aquellos horizontes, nuestra enseña han de arrancar, pues su blanco está en los montes, y en su azul se tiñe el mar”

Este es un fragmento de la Marcha de las Malvinas, que siempre, siempre me emocionó. Pero como es una marcha militar al fin, yo prefiero escribirla en prosa, prefiero desmilitarizarla. Aunque es difícil desmilitarizar las Malvinas.

Hoy son 26 años de que la misma dictadura genocida que secuestró, desapareció y asesinó a ciudadanos por pensar diferente, ya muriéndose por su propia inutilidad, intentó perpetuarse en el poder, y allí marchó, a recuperar nuestras Islas Malvinas de manos de los ingleses, luego de 150 años de posesión de facto por parte de los británicos.

¿Marchó sola? No, no marchó sola. Embarcó en esa locura suicida a soldaditos de 18 años, sin preparación militar, sin pertrechos, sin ropa adecuada para los fríos del sur, con armas obsoletas. Les robó la comida, los estaqueó por nimiedades para escarmiento de los demás, los picaneó… como dijo hace poco un soldado veterano de esa guerra –que duró poco más de dos meses- nunca dejaron de considerarlos civiles.

Los soldados eran colimbas, palabra que deriva del comienzo de otras tres
CORRE, LIMPIA, BARRE, por las funciones que se les asignaban. No pudieron elegir, fueron obligados por el Servicio Militar Obligatorio, que años después, y por el clamor popular, fue eliminado en la Argentina, a raíz del asesinato de un soldadito, el soldado Carrasco, a manos de dos de sus superiores, quienes valientemente escondieron el cuerpo y negaron todo. ¿Habrá sido para DEFENDER A LA PATRIA?

La guerra de las Malvinas dejó 649 muertos argentinos, además de muchos sobrevivientes que no pudieron con el olvido al que fueron sometidos, y se bajaron solitos del barco de la vida, mutilados, discriminados por ser, supuestamente, “locos de la guerra”, descuidados por todos los gobiernos, siempre reconocidos en los discursos, nunca en la práctica. Cada migaja conseguida lo fue por su militancia, su insistencia, su grito desgarrador exigiendo reconocimiento y dignidad.

Los soldaditos de Malvinas, hoy hombres de 44 años, son tan víctimas de la dictadura como los detenidos-desaparecidos, los asesinados, los exiliados. El mismo monstruo mató a unos y mandó a la guerra a los otros.

Nos gusta decir que recuperamos nuestra democracia… la verdad es que la democracia se les cayó de las manos a los militares, después de Malvinas.

Vaya mi reconocimiento, mi agradecimiento y mi eterno apoyo a esos soldaditos, hoy hombres, lacerados en su cuerpo y en su alma. A los que volvieron y a los que no. No somos merecedores de ellos.

¡LAS MALVINAS SON ARGENTINAS!

Un nuevo reclamo se agrega a los ya históricos: hay muchos soldados argentinos sepultados en las islas, bajo una placa que dice “Soldado argentino sólo conocido por Dios”, un equivalente a “soldado desconocido”. Ningún soldado es desconocido, como no lo son los detenidos-desaparecidos. Todos fueron alguien, tuvieron familia, amigos, una vida. Y su ADN puede revelar el nombre de la persona a la que pertenecen esos restos enterrados.

TODOS ELLOS PUEDEN SER IDENTIFICADOS
TODOS ELLOS PUEDEN RECUPERAR SU NOMBRE


(existe buena información sobre la guerra de las Malvinas y otros temas en www.elortiba.org)