"Seamos capaces de sentir la satisfacción moral de un acto de libertad."

(Rodolfo Walsh)

viernes, 29 de agosto de 2008

LOS ENEMIGOS (poema de Pablo Neruda, musicalizado por Quilapayún como "PIDO CASTIGO")


Para quienes no están al tanto de la política argentina en materia de Derechos Humanos, ayer, 28 de agosto de 2008, dos represores de la última dictadura militar fueron condenados a cadena perpetua. Son antonio domingo bussi y luciano benjamin menéndez, quienes fueron, respectivamente, gobernador de facto de la provincia de Tucumán y jefe militar de la 3ra. zona. Se los juzgó por el secuestro, desaparición y aplicación de tormentos al entonces senador provincial Guillermo Vargas Aignasse.

¿Por qué tanta introducción? Porque en el caso de bussi, se lo mantiene con prisión domiciliaria en un lujoso barrio privado cerca de la ciudad de San Miguel de Tucumán. bussi gozó del derecho democrático a un juicio, es culpable pero no va a una cárcel común, que es el reclamo de los organismos de derechos humanos, a más de 30 años de cometidos los delitos de lesa humanidad. Cárcel común y efectiva para todos los represores.

Por eso, como en los escraches, en este momento quiero cantar "Alerta, alerta, alerta a los vecinos, que cerca de su casa está viviendo un asesino!"

Y también por eso vino a mi memoria este poema de Pablo Neruda, maravilloso, crudo, acongojante, conmovedor porque habla de

LOS ENEMIGOS


Ellos aquí trajeron los fusiles repletos de pólvora,

ellos mandaron el acerbo exterminio,

ellos aquí encontraron un pueblo que cantaba,

un pueblo por deber y por amor reunido,

y la delgada niña cayó con su bandera,

y el joven sonriente rodó a su lado herido,

y el estupor del pueblo vio caer a los muertos

con furia y con dolor.

 

Entonces, en el sitio

Donde cayeron los asesinados,

Bajaron las banderas a empaparse de sangre

Para alzarse de nuevo frente a los asesinos.

Por estos muertos, nuestros muertos
Pido castigo. 

Para los que de sangre salpicaron la patria,
Pido castigo.

Para el verdugo que mandó esta muerte,
Pido castigo.

Para el traidor que ascendió sobre el crimen
Pido castigo. 

Para el que dio la orden de agonía,
Pido castigo.

Para los que defendieron este crimen,
Pido castigo. 

No quiero que me den la mano
Empapada con nuestra sangre.
Pido castigo

No los quiero de embajadores,
Tampoco en su casa tranquilos,
Los quiero ver juzgados,
En esta plaza, en este sitio.
Quiero castigo.
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Aquí, la inmejorable versión recitada de Franklin Caicedo
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