(LP Pipo Pescador Canta a los Chicos y Familia – 1972 – RCA)
Mis compatriotas de cuarentaypico deben tener grabado en el chip de
su memoria cómo continúa la frase, y podrán visualizar,
con los ojos cerrados el larga duración de vinilo amarillo
que contenía entre otras canciones,
Tubutacaesunahamaca, la Marcha Antisopas, etc.
La del título es una canción de un artista argentino, que otrora se dedicaba al público infantil, Pipo Pescador.
Se trata de la “Canción del auto nuevo”, que todos conocemos como
“El Auto de Papá”:
Bueno, a los argentinos de a pie, viajar ya no nos resulta un placer, más bien, hay ocasiones en que debemos agradecer al Dios del Cielo, o a aquella figura depositaria de nuestra fe, que el viaje, que tuvo un comienzo, tenga el final previsto, esto es llegar a destino, y no terminar el trayecto arrastrados por un tren, o en un múltiple choque en una autovía o cualquier otra calamidad por el estilo.
Hoy tengo ganas de hablar de las condiciones en las que los fulanos de a pie, o sea los que no tenemos vehículo, estamos obligados a viajar.
Pues bien, “el viajar es un placer, que NO suele suceder…”
Trenes desvencijados, ómnibus interurbanos caros, colectivos locales también caros, todos ellos con pésimo servicio.
(Ahora ponemos tono de discurso de campaña política)
- Compatriotas porteños, sepan entender que existimos quienes no vivimos en la urbe mayor del país, sino en las afueras, anche en otras ciudades… ¡La Argentina también existe, más allá de las fronteras de la Capital Federal!
(aplauso cerrado del público)
LOCOMOTORA, ENSORDECÉME Y DECIME MARTA!!!
Todo esto viene a colación porque hace unos días tuve la malhadada idea de volver en tren desde la ciudad de Buenos Aires hasta mi amada La Plata, junto con mi hija. Fueron 56 kilómetros de suplicio por el ya mencionado estado de esa línea del ferrocarril, que funciona a diesel, cuando debería ser eléctrica, que da un servicio cada 30 minutos (los trenes eléctricos que parten de la misma estación cabecera, la de Constitución, con otros destinos, lo hacen cada 6 minutos), y que tiene unos horrorosos asientos “antivandálicos” de chapa, de los cuales uno
se resbala, y si es invierno, hay que poner cartón para sentarse, o arriesgarse a que se le congelen a uno las partes... pero todo sea para que los vándalos destructores no los rompan…
total, si a nosotros se nos rompen la espalda y el distrito en el que
aquella llega a su fin, no importa.
Por esas cosas del destino nos tocó ser compañeras de vagón de un señor que iba escuchando, por radio, un partido de fútbol. ¿Auriculares?
No.
¿La radio cerca del oído?
No.
La radio enganchada en la ventanilla, irradiando con toda
generosidad su espantoso éter.
Yo todavía no entiendo cómo ese aparato tannnnnnnnnnnn chiquitito, tenía semejante volumen. Como estábamos relativamente cerca de la máquina, el ruido atroz del motor, más el de las ruedas en las descuidadas vías, tapaba el relato deportivo, hasta llegar a la siguiente estación…
El ruido del tren era música celestial para mis oídos porque al llegar a
una estación, el volumen de la radio adquiría dimensiones diabólicas, mis nervios se iban tensando y mi gesto se iba crispando.
Le pedí, amablemente (juro que fui amable) al señor de la radio que bajara un poco el volumen. Y el cretino hizo lo que podía esperarse… bajó el volumen delante de mí, pero cuando yo volví a mi asiento, lo subió de nuevo. Otra gente se quejaba, pero nadie se levantó y fue donde este futbolero señor a pedirle que bajara el volumen.
Una rubia tarada: “Ay, me duele la cabeza por esa radio”
Yo (en voz alta, explicándole a mi hija): Es que si la gente no se queja, el señor no va a bajar el volumen… Si a la señora le duele la cabeza, la señora debería ir y decírselo… yo no puedo estar yendo y viniendo como una loca, como si sólo a mí me molestara”.
Otros pasajeros optaron por mudarse de asiento, e incluso, de vagón.
La cuestión es que los guardas del tren –el personal ferroviario que debe recorrerlo y garantizar para todos los pasajeros un FELIZ RETORNO A SUS HOGARES- no estaban identificados con sus uniformes, razón por la cual, obviamente, no me dí cuenta, cuando los ví,
que ERAN ELLOSSSSSS.
Existe un número telefónico para reportar situaciones delictivas en los trenes (los hipócritas lo llaman “Tren Alerta”, una maravilla de la creatividad publicitaria). Llamé, pregunté si estaban en contacto con los guardas, me dijeron que no, pero que cuál era mi problema. Expliqué, dí pelos y señales de nuestra ubicación y me aseguraron que alguien subiría al tren en la o las estaciones subsiguientes… cosa que para mi asombro sucedió. Un jovencito con uniforme de una empresa privada de seguridad llegó, observó al señor, puso atención a la radio
y se fue, presumo yo que en busca del guarda…
que jamás pasó por el vagón .
Resultado, tuvimos que aguantarnos la hora y media que dura el viaje, con el insoportable ruido del relato deportivo proveniente de una radio portátil a todo volumen, mientras esperábamos –inútilmente- que alguien hiciera algo.
Al llegar a La Plata, con mi mejor expresión de rinoceronte enfurecido, me fui a la oficina de los Guardas.
Allí me atendieron dos tipos que yo había visto en el tren… uno de campera de lana con rayas horizontales y otro con campera azul, ninguna identificación, gorra, naaaadaaaaaaaa.
su memoria cómo continúa la frase, y podrán visualizar,
con los ojos cerrados el larga duración de vinilo amarillo
que contenía entre otras canciones,
Tubutacaesunahamaca, la Marcha Antisopas, etc.
La del título es una canción de un artista argentino, que otrora se dedicaba al público infantil, Pipo Pescador.
Se trata de la “Canción del auto nuevo”, que todos conocemos como
“El Auto de Papá”:
El viajar es un placer,
Que nos suele suceder.
En el auto de papá,
Nos iremos a pasear
Vamos de paseo… pip, pip, pip
En un auto feo,
Pero no me importa,
Porque llevo torta…
Que nos suele suceder.
En el auto de papá,
Nos iremos a pasear
Vamos de paseo… pip, pip, pip
En un auto feo,
Pero no me importa,
Porque llevo torta…
Bueno, a los argentinos de a pie, viajar ya no nos resulta un placer, más bien, hay ocasiones en que debemos agradecer al Dios del Cielo, o a aquella figura depositaria de nuestra fe, que el viaje, que tuvo un comienzo, tenga el final previsto, esto es llegar a destino, y no terminar el trayecto arrastrados por un tren, o en un múltiple choque en una autovía o cualquier otra calamidad por el estilo.
Hoy tengo ganas de hablar de las condiciones en las que los fulanos de a pie, o sea los que no tenemos vehículo, estamos obligados a viajar.
Pues bien, “el viajar es un placer, que NO suele suceder…”
Trenes desvencijados, ómnibus interurbanos caros, colectivos locales también caros, todos ellos con pésimo servicio.
(Ahora ponemos tono de discurso de campaña política)
- Compatriotas porteños, sepan entender que existimos quienes no vivimos en la urbe mayor del país, sino en las afueras, anche en otras ciudades… ¡La Argentina también existe, más allá de las fronteras de la Capital Federal!
(aplauso cerrado del público)
LOCOMOTORA, ENSORDECÉME Y DECIME MARTA!!!
Todo esto viene a colación porque hace unos días tuve la malhadada idea de volver en tren desde la ciudad de Buenos Aires hasta mi amada La Plata, junto con mi hija. Fueron 56 kilómetros de suplicio por el ya mencionado estado de esa línea del ferrocarril, que funciona a diesel, cuando debería ser eléctrica, que da un servicio cada 30 minutos (los trenes eléctricos que parten de la misma estación cabecera, la de Constitución, con otros destinos, lo hacen cada 6 minutos), y que tiene unos horrorosos asientos “antivandálicos” de chapa, de los cuales uno
se resbala, y si es invierno, hay que poner cartón para sentarse, o arriesgarse a que se le congelen a uno las partes... pero todo sea para que los vándalos destructores no los rompan…
total, si a nosotros se nos rompen la espalda y el distrito en el que
aquella llega a su fin, no importa.
Por esas cosas del destino nos tocó ser compañeras de vagón de un señor que iba escuchando, por radio, un partido de fútbol. ¿Auriculares?
No.
¿La radio cerca del oído?
No.
La radio enganchada en la ventanilla, irradiando con toda
generosidad su espantoso éter.
Yo todavía no entiendo cómo ese aparato tannnnnnnnnnnn chiquitito, tenía semejante volumen. Como estábamos relativamente cerca de la máquina, el ruido atroz del motor, más el de las ruedas en las descuidadas vías, tapaba el relato deportivo, hasta llegar a la siguiente estación…
El ruido del tren era música celestial para mis oídos porque al llegar a
una estación, el volumen de la radio adquiría dimensiones diabólicas, mis nervios se iban tensando y mi gesto se iba crispando.
Le pedí, amablemente (juro que fui amable) al señor de la radio que bajara un poco el volumen. Y el cretino hizo lo que podía esperarse… bajó el volumen delante de mí, pero cuando yo volví a mi asiento, lo subió de nuevo. Otra gente se quejaba, pero nadie se levantó y fue donde este futbolero señor a pedirle que bajara el volumen.
Una rubia tarada: “Ay, me duele la cabeza por esa radio”
Yo (en voz alta, explicándole a mi hija): Es que si la gente no se queja, el señor no va a bajar el volumen… Si a la señora le duele la cabeza, la señora debería ir y decírselo… yo no puedo estar yendo y viniendo como una loca, como si sólo a mí me molestara”.
Otros pasajeros optaron por mudarse de asiento, e incluso, de vagón.
La cuestión es que los guardas del tren –el personal ferroviario que debe recorrerlo y garantizar para todos los pasajeros un FELIZ RETORNO A SUS HOGARES- no estaban identificados con sus uniformes, razón por la cual, obviamente, no me dí cuenta, cuando los ví,
que ERAN ELLOSSSSSS.
Existe un número telefónico para reportar situaciones delictivas en los trenes (los hipócritas lo llaman “Tren Alerta”, una maravilla de la creatividad publicitaria). Llamé, pregunté si estaban en contacto con los guardas, me dijeron que no, pero que cuál era mi problema. Expliqué, dí pelos y señales de nuestra ubicación y me aseguraron que alguien subiría al tren en la o las estaciones subsiguientes… cosa que para mi asombro sucedió. Un jovencito con uniforme de una empresa privada de seguridad llegó, observó al señor, puso atención a la radio
y se fue, presumo yo que en busca del guarda…
que jamás pasó por el vagón .
Resultado, tuvimos que aguantarnos la hora y media que dura el viaje, con el insoportable ruido del relato deportivo proveniente de una radio portátil a todo volumen, mientras esperábamos –inútilmente- que alguien hiciera algo.
Al llegar a La Plata, con mi mejor expresión de rinoceronte enfurecido, me fui a la oficina de los Guardas.
Allí me atendieron dos tipos que yo había visto en el tren… uno de campera de lana con rayas horizontales y otro con campera azul, ninguna identificación, gorra, naaaadaaaaaaaa.
Se produjo el siguiente dialoguete:
Los guardas, no importa cuál, ni en qué orden, en adelante LGNICNEQO:
Los guardas, no importa cuál, ni en qué orden, en adelante LGNICNEQO:
-Pasamos varias veces
Yo: Pero ¿cómo se supone que yo me dé cuenta de que ustedes son los guardas, si pasaron separados, uno con campera de lana y otro con una campera azul?
LGNICNEQO: esta es la campera del uniforme
Yo: esa es una campera azul sin identificación
LGNICNEQO: es que la empresa no nos da uniformes, y el logo se borra a la primera lavada
Yo: Y cómo se supone que yo me de cuenta?
LGNICNEQO: pero yo pasé
Yo: sí, de espaldas, a tranco largo, sin mirar a los pasajeros.
LGNICNEQO: Usted me tiene que llamar si tiene un problema
Yo: y cómo lo voy a llamar si no sé que usted es el guarda. Si usted no mira, yo no puedo hacerle una seña
LGNICNEQO: Usted se tiene que levantar y llamarme
Yo : ah, qué bien, ¿y si al lado tengo a un ladrón amenazándome, también me tengo que levantar para avisarle? Usted no miró.
Bueno, después de un diálogo absolutamente infértil, nos retiramos mi hija y yo, con ganas de tener un hacha en las manos para tirar el primer árbol que encontráramos. En todo caso, tuvieron suerte esos dos guardas estúpidos de que yo no tuviese a mano algún objeto contundente… más que la palabra.
Existen sitios en internet para quejarse por haber viajado mal:
www.viajecomoelorto.blogspot.com
www.viajecomoelorto.com.ar
Allí hay un petitorio para firmar, y muchas bonitas imágenes de cómo viajamos los argentinos de a pie, en el país del tren bala y del viaje a Japón por la estratósfera
N de la R:
“Viajé como el orto” quiere decir “viajé como el culo”,“viajé muy mal”.
Yo: Pero ¿cómo se supone que yo me dé cuenta de que ustedes son los guardas, si pasaron separados, uno con campera de lana y otro con una campera azul?
LGNICNEQO: esta es la campera del uniforme
Yo: esa es una campera azul sin identificación
LGNICNEQO: es que la empresa no nos da uniformes, y el logo se borra a la primera lavada
Yo: Y cómo se supone que yo me de cuenta?
LGNICNEQO: pero yo pasé
Yo: sí, de espaldas, a tranco largo, sin mirar a los pasajeros.
LGNICNEQO: Usted me tiene que llamar si tiene un problema
Yo: y cómo lo voy a llamar si no sé que usted es el guarda. Si usted no mira, yo no puedo hacerle una seña
LGNICNEQO: Usted se tiene que levantar y llamarme
Yo : ah, qué bien, ¿y si al lado tengo a un ladrón amenazándome, también me tengo que levantar para avisarle? Usted no miró.
Bueno, después de un diálogo absolutamente infértil, nos retiramos mi hija y yo, con ganas de tener un hacha en las manos para tirar el primer árbol que encontráramos. En todo caso, tuvieron suerte esos dos guardas estúpidos de que yo no tuviese a mano algún objeto contundente… más que la palabra.
Existen sitios en internet para quejarse por haber viajado mal:
www.viajecomoelorto.blogspot.com
www.viajecomoelorto.com.ar
Allí hay un petitorio para firmar, y muchas bonitas imágenes de cómo viajamos los argentinos de a pie, en el país del tren bala y del viaje a Japón por la estratósfera
(y mirá que nos mintieron y nos siguen mintiendo, eh?)
N de la R:
“Viajé como el orto” quiere decir “viajé como el culo”,“viajé muy mal”.
19 comentarios:
perdon pero reí mucho con este post y deja explico porqué, resulta que hace unas semanas me fui de vacaciones a una playa de méxico, el viaje fue en autobus, fue un pésimo viaje, me costó carísimo y aparte al llegar al hotel ya no alcancé habitación (y eso que había reservado) el regreso estuvo peooooor jajaja (despues de los corajes y discusiones contra paredes ya no me queda más que reirme)
el transporte público en México, ahh otra cosa hermosaaaaaa, a las horas pico hay gente colgando de los autobuses, algunos estan en tan mal estado que tienen hoyos en el piso, asientos en los que preferirías no sentarte,y a parte de que van llenísimos todavía el chofer te grita "avancen en doble fila, recorranse, atrá hay lugar" (lugar en donde? en mis hombros, si quieres cargo a dos, jajaja)
el metro, aaah el metro, hay que empujar para entrar a los vagones y agarrarse fuerte mente para que no te saquen, ahh y volver a empujar si tienes que salir, por lo menos aqui ya implementaron "medidas", hay más vigilancia (en algunas estaciones) ya hay division de vagones , para mujeres y niños y los de los demás! jajaja pero ya sabes como somos las personas, muchos no respetan si no hay fuerza policial que haga que se respete, por eso me reí con tu post, cuándo tendremos un buen servicio público los peatones?
jejeje te dejo un besote de vaca loca! ya te extrañaba por estos rumbos maría bonita
Ah, mi querida vaca loca, Claudia, amiga! Ustedes por lo menos tienen vagones para mujeres y niños. Aquí solo hay metro en Buenos Aires (lo llamamos "subte", por lo de tren subterráneo). Y a cada viaje en hora pico es una incitación a una orgía... te empujan, te tocan y no podés correrte ni darte vuelta... Un placer subdesarrollado.
Hay líneas de trenes interurbanos que tienen tan mal servicio, escaso y poco eficiente, que la gente viaja en los techos, con tal de no perder el tren. Incluso, colgados en las puertas o en las locomotoras, a riesgo de sus vidas.
Y de los micros qué decir, parece que el grito de "atrás hay lugar" es internacional... jajaja... es espantoso.
Yo utilizo un servicio de micros interurbanos que es caro (cuesta 4 veces lo que el tren). Suelo viajar bien, pero en las horas pico, hay que ir parados más de una hora...
Ah, tus vacaciones, además de la ida y la vuelta ¿estuvieron bien?
Un beso, niña
María Marta...te quejás de lleno...no debés expresarte así, las autoridades nacionales están pensando en vos y otros usuarios "comunes"(como yo) y de bajos recursos y muchas necesidades insatisfechas...
¡Vamos!
¿no me digas que no enteraste?...
dentro de poco...¡vas a viajar en el "TREN BALA"! jaja!!
Dejame reir!!...no tengo ganas de llorar hoy.
Aplausos!!
me gustó esta dirección www.viajecomoelorto.com.ar
Puede que te den alguna solución, por otra vía, no la esperes...
nena! hay otras prioridades, ¿cuales?...y yo no sé!
...pero éstas no son, seguro!
Un fuerte abrazo!!
(algo porteñoso...pero bue!)
Hoy nos levantamos quejosas, yo al contestarte en Piedras...me despaché contra la tele...¡nada que ver!
solo un poco de calentura, pero ya que llegaste justo...
BESOTES!
Hola María
Primero me hiciste sonreir con lo de Pipo Pescador,si la habre´cantado!!!
Y luego no tenés idea cómo te entendí, vivimos no tan lejos y padeci siempre el bendito viaje de mi ciudad a Capital o La Plata..
Ya no es un placer y te diría que nunca lo fue..
Al menos yo nunca viajé bien desde mi localicad a la bendita gran ciudad autónoma.
y en tren ya no viajo hace mucho, luego de presenciar un accidente, porque un señor apenas pudo subir.
ESTOY CON VOS, QUE LOS PORTEÑOS RECUERDEN QUE MAS ALLA DE ESA HERMOSA CIUDAD, EL PAIS EXISTE..aunque lo veo tan difícil
Un beso...y muy buen post...
Patry
Lo primero que viene al recuerdo es el sello RCA del disco de vinilo.
Los vagones de las maquinas diesel que viajabas de chica ( y en los que viajas ahora), ya eran antiguos en el mundo. La mayoría de ellos, que siguen siendo los mismos tenian un cartelito de bronce que decia "fabricados en Japon 1964". Se compraron usados ya que se habian dado de baja en ese pais. saludos
SAFIRO: no me quejo de llena, che! O más bien sí, pensándolo mejor, me quejo de llena de promesas incumplidas... Jajaja... Bueno, a lo mejor, ahorrando durante un año sólo para el pasaje, en el tren bala consiga marido con guita... Jajajaja...
Bueno, basta, me hiciste reir...
Leí lo de la tele, y tenés razón!!!
Un besotote
PATRY: así como Serrat escribió "Mediterráneo" y luego "Plany al mar" podríamos pedirle a Pipo Pescador que escriba un "El viajar ya no es placer..."
Un besoooo
Y FELIZ DIA DE LA PATRIA, CHEI!!!
MI NOMBRE ME SABE A HIERBA:
Igual que los teléfonos públicos anaranjados que puso ENTel a fines de los 70, sólo que esos vagones eran buenos.
Ahora, ya no tienen sus persianas metálicas (que servían para tapar el sol, la lluvia y las piedras) en general las ventanas en verano no abren y en invierno no cierran... Viajar en tren no era malo cuando esos vagones fueron traídos. Ahora es imposible.
Claro que hablo del tren a La Plata, porque los trenes que van a la zona norte, tienen vagones nuevos, y hasta tienen tachito para la basura...
En cualquier momento derrapo con un comentario clasista, mejor saludo.
Besote
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-31003-2004-02-01.html
Mirá lo que dice JPF de los taxistas.
Si bien en lo que dijo sobre los blogs se contradice con otras cosas que dijo (como criticar a los gorilas porque les molesta que sean los "grasitas" los que copan la plaza y a él le moleste que alguien que escribe en un blog no sea de "la élite letrada"), comentarios como el tuyo, sin informarse antes, le dan la razón. Se nota que tenés cierta formación y la herramienta de internet a mano... ¿por qué no hacés un uso responsable de tu derecho al acceso a la información?
ANÓNIMO:
Es un gusto conocerte.
Y tenés razón, tengo cierta formación y la herramienta de internet a mano. Y hago un uso responsable. Por ejemplo, si dejo un comentario en un blog, pongo mi nombre, y el vínculo a mi blog, de modo que mi opinión -concuerdes o no- tiene firma.
Y fue por eso que pudiste dejar un comentario. Porque yo dije quien soy.
Una de las herramientas que proporciona Internet es el anonimato, se nota que sabés del tema. Está bueno cuando se necesita hacer circular información sin correr riesgos. ¿Qué riesgos corrías, ANÓNIMO, que no firmaste tu comentario?
Respecto de la nota de José Pablo Feinmann, coincido parcialmente. Es claro que la apuesta de la comunicación globalizada apunta a des-pertenecer las subjetividades de la gente. Pero yo creo que cada uno es responsable por lo que elige creer o por aquello que elige tomar como propio.
Colonización de las ideas hubo, hay y habrá, y cada uno sabe hasta donde se baja los pantalones, con tal de pertenecer. Y yo creo que al taxista del que yo hablé le encanta llevar señoras, no sirvientas, mucho más allá de la radio colonizadora.
PARA QUIENES NO ENTENDIERON A QUÉ VIENE TODO ESTO:
Es mi respuesta a una respuesta del Sr. Anónimo, a un comentario que dejé en el blog LA PELEADORA, de Carolina Aguirre, en la edición digital del diario Crítica de la Argentina.
Mi comentario es el N° 131, he aquí el link al post, para los que gusten pasar y ver:
http://www.criticadigital.com/lapeleadora/2008/05/24/una-pelotuda-cualquiera/#more-59
llego como vaca curiosa que soy desde no sé dónde para
agradecerte la explicación del "yo, argentino" que nunca me habían contado
y a lamentar la muerte de tu padre -cara de buena persona- no sé qué más decir.
Perfecta reflexion: "las ventanas en verano no abren y en invierno no cierran..." Asi debe ser! , de la misma manera que en invierno (como hoy) no hay gas cuando hace frio y en verano no hay electricidad para los aires acondicionados (que se queman por la baja de tension, como las heladeras) cuando hace mas de 30ª. Esto es la coherencia argentina. besos
Hola mi precisa amiga de las vaquitas más hermosas del Universo. Estuve ausente por motivos de la economía de mercado(léase corte del internet por "exceso" de pago)pero ya estoy de vuelta. Que buen texto, ojalá aquí por lo menos tuviéramos tren. Bueno existe, sin embargo es para paseos cortos o cuando hay paro de transporte entonces deciden sacar el viejo tren. Te entiendo, me uno a tu protesta y sentí la misma rabia tuya y de tu hija por la actitud del idiota ese que le gusta el fútbol(aclaro, amo el fútbol, mas sè respetar el espacio de los demás)En mi hermoso país hay algo peor. Resulta que en temporada de vacaciones existe un plan llamado "Vive Colombia, viaja por ella" Son caravanas de autos que recorren las principales carreteras en total libertad, en familia, eso sí debidamente acompañados por el ejército. ¿Viste cómo retorna la calma a las carreteras de mi patria? Mi bella amiga, me encanta leerte, me siento feliz de compartir nuestras realidades y te envío un abrazo muy fuerte y un besito cálido. Salúdame a tu hija especialmente.
Carlos Eduardo
Aún recuerdo cuando viajabamos aquí en trenes que los asientos eran de una especie de skay que en verano era imposible aposentarse a no ser que quisieras freirte. Ventanillas imposibles de abrir, y sol de justicia...Sólo hace 30 años de eso, pero...te aseguro que leyendo tu entrada he sentido el mismo sudor y la misma impotencia que sentía entonces.
Las quejas, lamentablemente, eran pocas.. la gente no se atrevía a quejarse. Y má lamentable aún todavía hoy, frente a cualquier abuso de las agencias y empresas de trasnporte la gente sigue sin quejarse.
Qué rabia me da!
un abrazo
Hermana! describís tan bien nuestra tortura cotididiana!!
Tan cotidiana es que ya hay una publicidad en la que un usuario mantiene un diálogo de sordos,como el toyu..y los tantos nuestros
con el guarda
pero con una empresa telefónica.
Y los que no protestan?
y viven quejándose al pedo sin protagonizar?
por cierto
Es un hecho que Feinmann ya no es aquel que escribía en la revista Humosr.
Segundo
lo es también que tu comentario era demasiado sutil,irónico,exacto y elegante como para que lo entiendan.
Tercero
los anónimos no se leen
deben arrojarse
sin abrir
ala basura adonde pertenecen.
( aunque entienda porqué tu seguridad,honestidad y buena educación te lleva a contestarle.)
te quiero
Yo
¡VOLVIDES!
CACHO DE PAN: sospecho que llegaste desde lo de Safiro, aunque no hice el chequeo de rigor (le estoy dando a mi memoria más crédito del que merece). Y me alegra que mi comentario te permitiera conocer algo más.
Gracias por visitar mi casa, y gracias por lo de mi papi.
Un abrazo.
MI NOMBRE ME SABE A HIERBA:
Juases!!! Nuestra nacional coherencia histórica está haciendo eclosión por estos días: generamos alimentos para 300 millones de personas y ni nosotros podemos comprar comida de mediana caliad. ¡Aguante la FAO! (risas, aplausos, caravana, mutis por el foro)
Un beso
SASIAN: La Argentina es la Capital mundial de la queja estática, pocos encaran al que los maltrata, lo consideran una pérdida de tiempo, porque realmente, te meten en unos intríngulis de trámites que nadie quiere hacer. Pero aún así, hay gente que se organiza y lucha por lo suyo.
Un besoooooo
MARIEL ANGEL SUBTERRANEO: ¿nunca te pasó que te moriste de bronca después de un paro o una medida de fuerza por aumento salarial, y que lo liguen los carneros que siguieron laburando? A MÍ SIIIIIII. Pero alguien tiene que empezar, y si nos sentimos con espíritu, AVANTI, porque no nos sentiremos vencidos, ni aún vencidos (estoy puética hoy).
Con lo de Feinman, qué se yo, se me van cayendo los íconos, viste? Gente que FUE respetable y no puede sostener la respetabilidad que se ganó. No sé si es gorilismo generacional o simple senilidad, pero está pishando a kilómetros del tarro.
Y a este anónimo no lo tiré al tachito porque creí que debía contestar su irreverencia.
(Fuá, estoy hecha una máquina hoy).
Te abrazo desde el alma, hermana.
CASELO: Sos la dulzura personificada... ¿Querés casarte conmigo?
Qué curioso, yo también estuve des-internetizada por "exceso" de pago.... jjajajajaj
Hablando en serio, me parece que si el ejército de tu país tiene que custodiar el turismo, el gobierno adolece de una debilidad extrema. Al menos eso percibo yo desde aquí.
Y no creas que tenemos trenes a todas partes. Cuando los neo-liberales (¿neo?) privatizaron, cerraron los ramales "improductivos", en los '90, y dejaron a cientos de pueblos productores aislados, que se van muriendo de a poco. Sin ir muy lejos, aquí, en La Plata, existía el Ferrocarril Provincial, que circunvalaba la ciudad y la conectaba con otras localidades a las que los trenes grandes no llegaban. Yo recuerdo que era un tren viejito, con asientos de madera... Ya no corre, y sería tan útil que volviera a correr!
Un gran beso
Si.... una película de Spielberg.
El problema son los Logos,
se borran...con y sin lavados!
:)
Llegaron????
FERI: ¿me perdí de algo? Me parece que no entendí.
Hoy la neurona está de dendritas caídas, qué se le va a hacer.
Un besote
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