La Argentina atraviesa un momento muy particular... Aún cuando hay mucho por hacer y todavía hay muchos hermanos caídos del sistema, gente hambreada, sin techo... También es cierto que hay mucha otra gente que vive mejor que antes. Y eso se nota en la saturación hotelera en tiempo de vacaciones, en el acceso a bienes de consumo, en la cantidad de gente que va al cine o al teatro... En las asignaciones sociales que beneficiaron a los grupos que estaban excluídos...
Sin embargo, hay un gran multimedios, Clarín, que concentra 260 medios grandes y pequeños en el país, y que ahora va por canales chilenos, que se opone, bastardea al gobierno, a sus integrantes y a sus simpatizantes. En parte, tratan de seguir siendo un oligopolio, cuando hay una ley nacional que lo impide. En parte, buscan a toda costa mantener históricos privilegios.
¿Históricos? Sí, históricos.
Por favor, lean ambas cartas, publicadas el mismo día, el 24 de marzo de 1977, cuando la dictadura genocida cumplía un año en el poder. Una, publicada por ANCLA, la Agencia Clandestina de Información que motorizaba Rodolfo Walsh. La otra, en el diario Clarín, que ya por esa época negociaba su participación en Papel Prensa, la empresa que les garantizaría un acceso barato al papel, condición que sólo compartiría con La Nación, el diario de la oligarquía.
Nada nace de la generación espontánea... Vean qué clase de cosa despreciable era ya Clarín hace 33 años, cuya dueña, de paso, recordemos que tiene dos hijos adoptados mediante trámites irregulares, cuyas identidades de origen aún se desconocen.
Lean y opinen...
Se habla mucho de bueyes perdidos... pero poco de VACAS ENCONTRADAS. Quiero desde aquí, intentar ser el medio vaso lleno, en la plena conciencia de que el lenguaje es transmisor de ideología... No hay competencia, sólo complementariedad, porque son las diferencias las que nos enriquecen. El aporte, aquí, es la mirada femenina. Ojalá les guste. Y que eso pase antes de que las vacas vuelen.
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